jueves, 2 de diciembre de 2010

Ratifican que ya Rodolfo Walsh había denunciado el crimen oculto de un ex diputado

La periodista Lila Pastoriza ratificó que un cable de la agencia clandestina de noticias -fundada por el asesinado escritor Rodolfo Walsh en la última dictadura- dio cuenta del secuestro y crimen del ex diputado nacional Diego Muñiz Barreto en momentos en que la versión oficial hablaba de su muerte en un accidente de tránsito en Entre Ríos.

Por Karina Poritzker

Pastoriza dejó en claro así que apenas ocurrido el hecho ya se sabía la verdad sobre la detención ilegal de Muñiz Barreto y su entonces secretario Juan José Fernández, en una carnicería de Escobar, en febrero de 1977, hecho por el que es juzgado el ex subcomisario de esa localidad del norte bonaerense Luis Abelardo Patti.

La periodista integraba junto a un puñado de colegas la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) fundada por Walsh para dar información sobre violaciones a los derechos humanos imposible de publicar en los medios periodísticos de la época.

La testigo y sobreviviente del centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA dio su testimonio hoy el juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín sigue a Patti, al ex dictador Reynaldo Bignone, al ex general Santiago Omar Riveros y al ex comisario de Escobar Juan Fernando Meneghini.

Bignone, de 82 años, no asistió a la audiencia en el auditorio Hugo del Carril de la localidad bonaerense de José León Suárez ya que según un parte médico fue derivado de la cárcel al Hospital Militar Central para estudios médicos al sufrir un cuadro de deshidratación y problemas gastrointestinales.

Otra testigo programada para hoy, la fundadora de Madres de Plaza de Mayo Chicha Mariani no asistió al debate por sufrir un problema cardíaco, según se informó al tribunal.

"Hubo un cable de ANCLA a principios del 77, se sabía del secuestro de Muñiz Barreto y su secretario, había salido la noticia en el Herald y se decía después que había muerto en un accidente. Entonces salió el cable que decía que había sido asesinado después de su secuestro por la policía de Escobar", recordó Pastoriza.

El cable de ANCLA, exhibido en la audiencia, titulaba "Alevoso asesinato de Diego Muñiz Barreto" y estaba fechado el 15 de marzo de 1977, poco después del hallazgo de su cuerpo, el 7 de ese mes, dentro de su auto hundido en un río entrerriano y de presentarse lo ocurrido como un accidente de tránsito protagonizado por su entonces secretario Juan José Fernández, quien había podido salvarse.

"La información la trajo Walsh, se que llegó vía Rodolfo", agregó Pastoriza, quien leyó el cable ante los jueces y lo ratificó en todos sus términos.

En el texto se decía que Muñiz Barreto había sido "torturado brutalmente" en zona del Primer Cuerpo del Ejército luego de ser entregado por la Policía Bonaerense, hechos que ahora se dan casi por probados en la acusación fiscal.

Por esa época Walsh "ya no vivía en Capital, no estaba al frente de la agencia, lo vi dos o tres veces ese año y una semana antes de que lo mataran", recordó sobre el encuentro que tuvo con el autor de "Carta abierta a la Junta Militar" en un bar.

En ese encuentro "estuvimos leyendo y repasando el borrador de la carta, estaba muy contento, me dijo radiante `he vuelto a escribir`. Esa fue la última vez que lo vi".

En junio de 1977 Pastoriza fue secuestrada y llevada al centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada, lugar donde "vio en una carpeta todos los cables de la agencia y la carta de Rodolfo Walsh que era absolutamente conocida para ellos".

ANCLA fue fundada por Walsh "y se proponía romper el cerco informativo de la dictadura, despachaba cables con noticias aportadas por muchos, muchos periodistas que no podían darlas a conocer en sus medios por la censura brutal".

"La información circulaba en tribunales, estudios jurídicos, redacciones y Walsh era obsesivo con que la información fuera cierta y veraz", agregó.

"A principios del 77 la represión era muy fuerte, habían secuestrado a Eduardo Suárez, que trabajaba en el Cronista Comercial y en ANCLA y a su esposa. Éramos cuatro o cinco y comenzamos a trabajar desde distintos lugares", recordó.

Otro testigo, el escritor y periodista Vicente Zito Lema ratificó en un largo y conmovedor testimonio el relato que hizo el ex secretario de Muñiz Barreto en España, tras escapar del automóvil hundido en Entre Ríos y exiliarse en ese país.

Al igual que el secretario de Derechos Humanos de la Nación, quien declaró el lunes, Zito Lema estaba exiliado en España e integró la CADHU, Comisión Argentina por los Derechos Humanos.

Al declarar, recordó que su "gran amigo" luego asesinado por la Triple A, Rodolfo Ortega Peña, le presentó a Muñiz Barreto, de quien fue "conocido".

Por eso presenció la declaración de Fernández ante la CADHU años después. "Relató que estaba en una carnicería de Escobar con Muñiz Barreto cuando aparece un hombre agresivo, violento, armado, que esgrime el arma y le pide ayuda al carnicero para ver si ellos estaban armados".

"Dijo que lo sorprendió mucho por la agresividad y violencia con que se movía y que luego supo que se llamaba Patti y era oficial de policía de la provincia de Buenos Aires", agregó.

Y luego reconstruyó el relato del ya fallecido Fernández en los mismos términos de otros testigos: relató que le dieron una inyección para calmarlo junto a Muñiz Barreto y que los llevaron hasta Entre Ríos desde Campo de Mayo para introducirlos en el mismo auto en el que circulaban el día de su secuestro y arrojarlos al río.

Fernández no se había dormido con la inyección, logró salir a través de una ventanilla rota y se escondió hasta que sus captores se fueron. Entonces volvió al auto, tocó a Muñiz Barreto que había sido sentado en el asiento de atrás y pensó que había muerto, por lo que escapó del lugar.

"Antes había contado de su detención, que no podían dormir por las ratas de la celda, me quedó grabado, que las ratas se escondían en pozos y luego salían y se venían contra ellos, que por eso mismo no podía dormir", relató.

"En la CADHU pensábamos que ninguna dictadura es eterna y que los responsables de la dictadura tendrían que rendir cuentas", explicó al Tribunal y por eso "escuchábamos testimonios, les hacían bien a las almas lastimadas que llegaban a España y humildemente los difundíamos en todas partes, para que la comunidad internacional ayudara", concluyó.

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