sábado, 9 de octubre de 2010

El show de Patti no convenció a nadie

El represor Luis Patti tiene que ir a las audiencias
El disfraz no convenció
 
El Tribunal Oral Federal 1 de San Martín rechazó ayer el pedido de los defensores de Luis Abelardo Patti para que el torturador pueda dejar de asistir a las audiencias de su primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad durante la dictadura. Los magistrados tomaron nota de los reclamos de los defensores del ex intendente de Escobar, pero priorizaron los informes de los peritos forenses que ratifican el buen estado de salud de Patti, el primer represor en la historia argentina que decide asistir al proceso en camilla y con los ojos cerrados para no tener que mirar de frente a los hijos de sus víctimas. Durante la audiencia de ayer, los secretarios del tribunal leyeron las declaraciones testimoniales de tres personas que murieron antes del inicio del juicio, entre ellas Matilde Pérez de Goncálvez, quien falleció a mediados de 2007 con la satisfacción de haber recuperado a su nieto apropiado, Manuel Goncálvez, pero sin llegar a escuchar la condena a los asesinos de su hijo Gastón.

Frustrada la estrategia de demostrar una incapacidad sobreviniente que le impidiera burlar el proceso por sus crímenes de antaño, Pa-tti se mostró desde la audiencia inicial con el mismo cuello ortopédico con el que se tomaba fotos disfrazado de payaso durante su internación, sólo que recostado, con el rostro adusto y sin el cotillón que usaba en la clínica Fleni de Escobar. El lunes, a pedido de Lucila Larrandart, presidenta del tribunal, el simulador abandonó la escenificación y respondió desde una silla de ruedas que no pensaba prestar declaración indagatoria. Las secuelas del accidente cerebrovascular que sufrió en enero no le impidieron girar la cabeza para mirar a fiscales y querellantes.

Los defensores de Patti plantearon ayer que su cliente no está en condiciones de volver a concurrir al auditorio en la localidad bonaerense de José León Suárez. El tribunal, que también integran Marta Miloc y Horacio Sagretti, escuchó luego a los abogados querellantes y a los representantes del Ministerio Público. “No hay razones médicas para la ausencia del imputado en las audiencias”, destacó el fiscal Marcelo García Berro. En base a los dictámenes de los médicos forenses, que diagnosticaron que Patti está en condiciones físicas y psíquicas para asistir al juicio y defenderse si le place, el tribunal rechazó el pedido. La defensa del ex policía está a cargo de Silvio Duarte y el ex juez Alfredo Bisordi, símbolo vivo de la corporación judicial al servicio de la impunidad de los genocidas.

El resto de la jornada estuvo dedicado a la incorporación por lectura de declaraciones de testigos fallecidos antes del inicio del juicio oral y público, cuyos dichos servirán también como pruebas a la hora de dictar sentencia. Matilde Pérez era la madre de Gastón Goncálvez, a quien Patti amenazó varias veces antes de secuestrarlo, el 24 de marzo de 1976. En su declaración del 2 de marzo de 2005, además de contar su propio secuestro y las torturas que padeció durante la dictadura, la mujer recordó que ya en democracia la llamaron para informarle sobre el hallazgo del cadáver de su hijo en tumbas de NN del cementerio de Escobar, con signos de torturas y fusilamiento. Durante el entierro, agregó, se enteró por dichos de la hija del escritor y periodista Tilo Wenner que Patti era el autor del secuestro de su hijo. La abuela Matilde, como la recuerdan sus nietos Gastón, Manuel y el resto de las Abuelas de Plaza de Mayo, murió el 25 de junio de 2007. Luego se leyó el testimonio de Blanca Leonor Buda, quien también fue privada ilegalmente de su libertad durante la dictadura y pudo ver a Goncálvez torturado en un camión celular estacionado en el fondo de la seccional de Escobar de la policía de la provincia de Buenos Aires, donde prestaba servicios Patti.

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